miércoles, 17 de febrero de 2010

Sandra descubre el Siglo XXI

El alumnado de clase de etica ha elaborado trabajos por grupos sobre la discriminacion de las mujeres. Nuestro grupo a elejido el tema del trabajo y la mujer para elaborar la historia y la imagen.

Mi nombre es Sandra, y os voy a contar mi historia desde que cambió por completo.
En la actualidad tengo 19 años, vivo con mi madre, que tiene más de 50 años, y mi hijo David. Nuestra casa es pequeña, pero cabemos en ella de sobra, aunque desde que nació mi principito hace casi ya dos años, ha sido difícil llegar a fin de mes… Eso, la enfermedad de mi madre, y mi sed de autonomía han sido las causas que me llevaron a dar ese cambio del que hablé antes.
Todo empezó con diecisiete años, cuando salía con Roberto, el chico malo de mi barrio, al que todas las chiquillas le querían, y normal, era un cielo. Todo era perfecto hasta que le confesé que estaba embarazada de el, porque fue entonces cuando desapareció.
Desde ese momento nos hemos buscado la vida mi madre y yo solas, aunque ella, debido a sus problemas de respiración, ha sido mejor que no trabajase, y por tanto he sido yo la que salía a trabajar mientras ella cuidaba al peque de la casa.
Conseguí lo que pude conseguir en ese tiempo, un trabajo nocturno en un bar del centro. Tenía que ir vestida bien, pero enseñando palmito, y yo odiaba tener que hacerlo, porque los hombres que solían aparecer por el bar eran todos unos impresentables. Volvía a casa pasada la hora de cenar, justo para acostar a mi madre y a David, y por las mañanas acudía a un cursillo de secretaría para poder conseguir un trabajo mejor en una sucursal de un buen banco cercana a mi casa.

Y sí, finalmente conseguí el empleo, más o menos ahora que David va a cumplir dos añitos, así podré regalarle el triciclo que quería. Aun es pequeño, pero aprenderá con el tiempo… Además, es de juguete, no se podría caer ni aun quitándole las rueditas.
Hace tres semanas, cuando estaba esperando para la entrevista de trabajo, escuche a una mujer que salía de el despacho del que ahora es mi jefe muy alterada, explicándole a su marido que no la habían aceptado porque según ellos “un ama de casa no es la imagen que quieren causarle a los clientes”, y aquí me tenéis, ocultándole a mi jefe mi situación familiar, haciendo fotocopias, y archivando más y más papeles.
Ahora el trabajo me va muy bien, esta misma mañana me he levantado de un humor inmejorable, y he conocido a una persona con la que creo que me llevaré de maravilla, sobretodo en el tiempo de trabajo, porque es compañero mío. Es el secretario del socio de mi jefe, se llama Pascual.
Pascual y yo nos hemos hecho muy amigos últimamente, confío mucho en el, y el en mi, y sobretodo ahora que mi hijo esta constipado y lo tengo que llevar al medico, porque el esta encubriéndome haciendo mi trabajo, a cambio de que cuando David este bien, yo haga sus horas correspondientes.
Esta mañana, mi jefe Don Ramiro me ha descubierto cumpliendo mi parte del trato entre Pascual y yo, y ha amenazado con bajarme el sueldo, pero Pascual ha salido en mi defensa, y solo nos ha quitado un 10% a cada uno en este mes.
Yo estaba muy enfadada con Pascual. ¿Quién se ha creído que es para tratarme como a una niña? ¡Yo solita puedo salir de mis problemas sin ayuda de nadie! Pero cambié de idea cuando el me contó que a su hermana Esme la habían despedido por quedarse embarazada y el ocupaba su puesto de trabajo para poder mantener a su hermana, a su hijo y a el marido de ella, al que no le habían renovado el contrato en la fabrica. Yo estaba confundida, me había hablado mucho de su hermana y su familia, pero nunca me había dicho esto. Aun así le creí, y ese fin de semana conocí a su hermana.
Esme era encantadora, más alta que yo, con el pelo negro y los ojos verdes. Tenía alrededor de los 30 años, pero no aparentaba su edad, cualquiera diría que estaba en edad de estudiar. Nada que ver conmigo, bajita como soy, morena con los ojos marrones… ¡La chica más normal del mundo al lado de ella!
Pase toda esa noche hablando con ella, sin prestar mucha atención a Pascual, que no paraba de lanzarme indirectas. Esme me habló de unos viejos compañeros de clase que ahora trabajaban en un bufete de abogados. Se habían puesto en contacto con ella tras saber de su despido, y le habían apoyado mucho. También me habló de el pueblo que visitaba de pequeña, de su madre, de su marido y de su hijo… ojala yo pudiera contarle mas cosas sobre mi, pero con mi edad he vivido muy pocas experiencias, y le dedico mi vida a mi hijo David…
Un mes después, Esme y yo éramos inseparables. Salíamos todas las tardes a pasear con David y Edu, a veces salíamos de compras juntas, otras veces cenábamos en la casa de la otra… desde que estaba saliendo con su hermano nos habíamos unido mucho mas. Un poco después, decidimos que era hora de hacer justicia, y demandamos a mi jefe por haberla despedido por motivos machistas.
Al cabo de poco tiempo, el juez falló a nuestro favor, y a Esme la indemnizaron con una cantidad suficiente para ir tirando un par de años mas, aunque entró a trabajar de becaria en el bufete de sus amigos, los mismos que nos defendieron en este juicio. Ganar ese juicio me demostró que puedo hacer lo que me proponga.
Ahora han pasado 4 años, hace dos años que mi madre murió de una neumonía, y aunque no la olvidaremos nunca, David y yo sabemos que está en un lugar mejor. Edu y David estudian en el mismo colegio y en la misma clase, y por muy poco. Los dos son capricornio, con la diferencia que David nació el 14 de Enero, y edo el 27 de Diciembre de ese mismo año. Con el dinero de la indemnización de Esme, compraron un piso cercano al mío, y así dejaron a Pascual otra vez solo en su piso.
Pascual y yo ya estamos juntos desde hace casi 5 años, y le quiero muchísimo, pero aun no estoy preparada para casarme con el. Hace tres años que no han pasado de ascenderle, y además ha hecho un master en empresariales, así que se ha convertido en un miembro muy valioso para la empresa. Ahora le quieren trasladar a una sucursal del banco en Estados unidos, y me ha pedido que vaya con el. Dice que con su nuevo sueldo no me hará falta trabajar, y viviremos como reyes, pero no quiero atarme a un hombre antes de cumplir los 26 años, y me gusta mi trabajo, así que de momento, y como su sueldo se lo permite, vendrá a visitarnos todos los fines de semana.




4ESOA Ética
Clara Álvarez de Luna
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Daniel Rodríguez